¡Por fin!
El juego de batallas entre naves espaciales ambientado en el universo de Star Wars ha caído por fin en mis manos, regalado (con un poco de retraso cumpleañero) por mi hermano.
Llevaba un tiempo detrás de él pero, entre cartas, gastos inesperados y facturas de veterinario no he podido hacerme con él hasta ahora. ¡Y qué buena pinta tiene!
Pero, como todo, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Voy a empezar por las malas, porque soy así:
El juego es en dos dimensiones. El espacio, no. Ese es el primer gran 'pero' que encuentro: el espacio encierra infinitas posibilidades de rumbos y eso es algo que, si Star Wars, en general, no ha sabido exprimir, este juego menos aún. Se centra en 'izquierda' o 'derecha' cuando en realidad se trata de una esfera completa de movimiento, y acaba pareciendo un lavado de cara de Wings of War más que un juego de batallas espaciales.
Otro de los problemas es, sin duda, su precio: 15 euros por miniatura es absurdo. No voy a entrar en comparaciones como hacen en La Taberna de Laurana, porque no veo sentido en comparar una nave de X-Wing con el mastodonte de turno de Games Workshop. Simplemente, 15 euros por esas figuras (30 por las grandes) es caro.
Y las cosas buenas:
El juego es, sencillamente, espectacular. De entrada, sacar las miniaturas de la caja y poder jugar directamente, sin tener que pintar y montar, es un plus. Por supuesto, se pueden repintar (el pre-pintado no es que sea especialmente bueno...).
Las miniaturas son bastante detalladas y, poco a poco, van aumentando la variedad. ¿Veremos más facciones en el futuro? Por ahora, ya está anunciada la tercera oleada de miniaturas, que añadirán el B-Wing, el Tie Bomber, la Lanzadera Lambda y el HWK-290 al repertorio de naves ya existentes.
Además, con unos 200 euros puedes contar con dos facciones muy completas (las tres naves del starter, un Halcón Milenario, Esclavo y cuatro naves más) y un tapete personal sobre el que jugar, aunque yo optaría por comprar dos cajas de inicio (creo que es lo que voy a hacer; además, he visto que en Amazon están bastante baratas... aunque en inglés).
Las reglas son sencillas, intuitivas al inicio y complejas (pero divertidas) conforme va avanzando el juego. Además, las cartas de piloto y de mejora hacen que la variedad a la hora de crear ejércitos se eleve de forma exponencial. Un auténtico acierto.
Por último, unas observaciones:
El juego es en dos dimensiones. El espacio, no. Ese es el primer gran 'pero' que encuentro: el espacio encierra infinitas posibilidades de rumbos y eso es algo que, si Star Wars, en general, no ha sabido exprimir, este juego menos aún. Se centra en 'izquierda' o 'derecha' cuando en realidad se trata de una esfera completa de movimiento, y acaba pareciendo un lavado de cara de Wings of War más que un juego de batallas espaciales.
Otro de los problemas es, sin duda, su precio: 15 euros por miniatura es absurdo. No voy a entrar en comparaciones como hacen en La Taberna de Laurana, porque no veo sentido en comparar una nave de X-Wing con el mastodonte de turno de Games Workshop. Simplemente, 15 euros por esas figuras (30 por las grandes) es caro.
Y las cosas buenas:
El juego es, sencillamente, espectacular. De entrada, sacar las miniaturas de la caja y poder jugar directamente, sin tener que pintar y montar, es un plus. Por supuesto, se pueden repintar (el pre-pintado no es que sea especialmente bueno...).
Las miniaturas son bastante detalladas y, poco a poco, van aumentando la variedad. ¿Veremos más facciones en el futuro? Por ahora, ya está anunciada la tercera oleada de miniaturas, que añadirán el B-Wing, el Tie Bomber, la Lanzadera Lambda y el HWK-290 al repertorio de naves ya existentes.
Además, con unos 200 euros puedes contar con dos facciones muy completas (las tres naves del starter, un Halcón Milenario, Esclavo y cuatro naves más) y un tapete personal sobre el que jugar, aunque yo optaría por comprar dos cajas de inicio (creo que es lo que voy a hacer; además, he visto que en Amazon están bastante baratas... aunque en inglés).
Las reglas son sencillas, intuitivas al inicio y complejas (pero divertidas) conforme va avanzando el juego. Además, las cartas de piloto y de mejora hacen que la variedad a la hora de crear ejércitos se eleve de forma exponencial. Un auténtico acierto.
Por último, unas observaciones:
- Es caro, pero todos los juegos son caros. Es un hobby caro este del coleccionismo de miniaturas, y la calidad se paga.
- La bidimensionalidad no resta espectacularidad al juego.
- La 'pre-pintura' hará que más de uno no pinte sus naves, perdiendo originalidad. Los torneos van a ser todos muy monótonos y solo saltarán pequeñas chispas de color de vez en cuando.
- ¿Harán naves (o trozos de naves) más grandes? ¿Veremos AT-AT para representar batallas planetarias?
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